martes, 31 de mayo de 2011

Where amazing happens?




















¿Creéis que la liga española de baloncesto, la ACB, sería capaz de mantener despiertos a algunos aficionados americanos hasta las tres de la mañana para seguir su final?

Sinceramente, yo opino que no, porque los baloncestos a uno y otro lado del atlántico tiene enfoques muy diferentes.

En el lado americano, buscan eso que mantiene a la gente enganchada, que llena los pabellones y que hace que alguien como yo este viendo ahora este partido: espectáculo. Creo que el deporte, por suerte o por desgracia, tiende a eso, y es lo que el espectador estadounidense busca; una mezcla de deporte y circo, malabaristas con balón, y unas cualidades físicas que desafían a la física, anotando muchas veces en la cara de la gravedad. Por eso han creado un juego que favorece ese espectáculo: un juego rápido, de transiciones veloces y en el que están prohibidas las defensas en zonas y las ayudas largas, para así buscar el enfrentamiento directo (entre otras cosas por el morbo de estos) y generar más acciones por partido. Este estilo de juego también a favorecido que allí se encuentren los mejores jugadores del planeta, con una gama de recursos técnicos y rapidez de toma de decisiones tácticas exquisitas; también hay quien dice que estos chicos no saben defender… pues bien, en mi opinión, cualquier equipo de la NBA defendiendo a tope (cosa que solo se hace en playoffs y al final de los partidos) podría dejar a casi cualquier equipo de la ACB en 40 puntos.

Y en nuestro lado del charco tenemos otra cosa, quizás menos atractiva para el espectador común, pero igual o más para el ojo un poco experimentado. Esta tarde he visto el Bilbao-Real Madrid y, pese a ser un partido de baja anotación se han visto jugadas por parte del equipo greco-vasco mucho más bonitas que cualquiera de las que he visto en el primer tiempo de “The Finals”. Si el baloncesto NBA se podría comparar por su rapidez con el 3 en raya (probablemente porque son tan buenos que no necesitan dar más rodeos), el baloncesto europeo sería algo parecido al ajedrez: un baloncesto en el que el mayor entramado defensivo existente y unos jugadores algo más lentos que los NBA hacen que el entrenador tenga que devanarse los sesos haciendo que sea la inteligencia puesta en común de los jugadores la que encuentre senderos hacía el aro, senderos que en la liga americana son auténticas autovías.

Y ahora cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si integráramos lo mejor de ambos baloncestos? Nosotros llevamos muchos años aprendiendo de los entrenadores americanos pero, ¿y si ahora ellos aprenden de nosotros?. La llegada de Messina a los Lakers como 2º de Brown ( no sé si esto es solo un rumor o será verdad) puede empezar a abrir camino a un baloncesto fusión que rozará la perfección.

Y a todo esto el primer partido de la final de la NBA está siendo bastante feo; está en el descanso y el resultado es 44-43 para Dallas. Veremos a ver qué pasa porque, salvando las distancias, este puede ser un reflejo de todo lo hablado hasta ahora. En un lado, un equipo formado por jugadores veteranos, como Terry, que realiza ataques más lentos y elaborados para encontrar la canasta, europeizado por jugadores como Nowitzki o Stojakovic y llevado por el que a mi juicio es uno de los mejores playmakers de la historia de esto de la pelota naranja, Jason Kidd. Enfrente un equipo que manda para el aro como locos a un puñado de negros muy buenos, liderados por un joven que ya se ha comido un pedacito del mundo pero quiere más (Wade) y por otro que lo quiere todo entero, y cuanto antes; muchos dicen que Lebron James es “The choosen one”, y que puede ser mejor que Jordan… yo no lo veo así, creo que está lejos todavía en cuanto a técnica y táctica, y que si Jordan hubiera tenido las cualidades físicas que tiene este chavalín le hubieran faltado dedos para ponerse los anillos.

Asique ¿quién sabe?, quizás esta final nos muestre que estilo de baloncesto es mejor, y sin que esto sirva para perder la objetividad deportiva con la que he intentado escribir todo esto… Let’s go Dallas!

martes, 24 de mayo de 2011

Cuando te das cuenta que el final siempre llega

Llevo un día malo por una serie de razones. Digamos que no pasará a la historia por ser de los mejores de mi vida, ni mucho menos. Pues bien, cuando parece que me voy a sentar frente al ordenador para que el día muera lentamente, queda lo peor… Y peor todavía es que no me lo esperaba, por lo menos tan pronto. Son las 00:56 de la noche del lunes 23 de mayo (ya es martes 24) y comienzo a escribir esto porque sí, por la noticia que recibí hace alrededor de una hora y que antes he tildado como lo peor de mi día: Sergio Agüero se va del Atlético de Madrid.


Miro a las paredes de mi habitación ahora mismo. Tengo algún cuadro, un reloj, orlas, cosas varias, etc… De todo eso, sólo tengo tres cosas relacionadas con el fútbol: un banderín del Atlético, un poster de Agüero y una postal de Agüero. Sólo he tenido en mi vida dos camisetas con dorsales: una de Kiko allá cuando tenía 7 años y otra de “Kun Agüero” con el 10 a la espalda. El capricho que me dí al ganar mi primer sueldo fue esa camiseta con ese dorsal.

Agüero. Atleti. No concibo esas dos palabras separadas. Se va. No sé explicar como me siento ahora mismo, solo sé que estoy un poco hundido. Aunque no sea de la cantera ni lleve décadas en el Atlético, ahora entiendo a algunos seguidores del Real Madrid con Raúl. No sé como se sintieron ellos hace un año, pero yo estoy mal, realmente mal. Quizá esos seguidores del Real Madrid digan que no es comparable, pero veo que hay una diferencia. Raúl era el estandarte, la rabia, los valores, la cantera, la representación del club, lo era todo… Pero si fallaba, que no solía hacerlo, por ahí andaban Zamorano, o Zidane, o Ronaldo, o Casillas, o Beckham, o Cristiano. Ahora, en el Atleti, cuando Agüero es todo eso excepto ser un canterano, ¿qué hay sin él? Nada. Nadie. La afición, si, pero la afición no mete goles.


La sensación es como si te deja la novia. Hundimiento al principio, mezcla de sentimientos sin saber si darle las gracias o mandarla a paseo. Esa decisión la dejaré para más adelante, aunque lo que este chico me ha hecho disfrutar, no lo ha hecho nadie en el Atlético. Porque cuando algo es todo y ese todo se va, no queda nada. Es volver a empezar, es algo duro. Muy duro. Y puede quedar el golpe grande, que espero que no suceda; que acabe en el club vecino. Pero quizá el golpe grande esté dado… ¿qué va a pasar en el Atlético? Agüero fuera; Forlán lleva fuera unos meses aunque se siga poniendo la camiseta; dicen que De Gea tiene el cuerpo en su casa pero la cabeza en Manchester; discusiones en la directiva; a ver que crack va a querer venir a un Atlético sin Agüero; a ver que piensa Reyes de todo esto, porque conociéndolo y ahora que no están los buenos arriba y el entrenador que lo centró ha acabado su historia en el Atlético…. Total, miedo. Ya lo decía, como cuando te deja la novia, mucho miedo, porque nada será igual que antes, porque afrontar el futuro será complicado. No creo ni mucho menos que el año que viene sea una debacle ni en el fondo soy tan pesimista, mas que nada soy crítico porque cuando las cosas se hacen mal desde un principio, tarde o temprano acaba reventando por algún sitio, y ese momento acaba de llegar.

Ya son la 1:22 minutos y no sé que mas escribir sobre esto, no me sale mucho más, aunque creo que es demasiado para lo hundido que estoy. Apenas han pasado dos horas del anuncio que ha hecho este crack mundial y quizá me he precipitado demasiado en todas mis reflexiones pero, como ya conté, ahora mismo Agüero es TODO. Es todo para esas rayas rojas y blancas. Es todo para esa afición. Es todo para mí.

PD: La prensa se ha empeñado y hasta que no lo ha conseguido, no ha parado… y por otro lado anuncian que Rossi al Barcelona… A ver quién es el próximo que abre el pico quejándose de una “liga a la escocesa”. En fin….

jueves, 12 de mayo de 2011

Gerard Piqué o la victoria de la naturalidad

¡Buenas!

Después de las 2 colaboraciones de Alex (a.c.m.), os dejamos con la primera de Alex Kun, aquí la tenéis:

Sé que todos vosotros al leer el nombre propio que aparece en el título de este artículo, por suerte vais a saber que no estáis leyendo la Cuore o cualquier revistilla de corazón de tres al cuarto, como por desgracia pensaría medio pais por su romance con esa cantante que todos conocemos perfectamente.

Porque la razón que me lleva a estrenar mi colaboración en el blog escribiendo de este hombrecillo de 1’93 es la admiración que le tengo y su carácter. Un chico prácticamente criado en Inglaterra, bajo el cuidado de la camiseta de los Red Devils, contra los que va a volver a jugar una final de Champions. Tuvo que hacer las maletas muy joven y luego tuvo algún paso cedido por el Zaragoza, antes de volver al club de sus amores, el Barcelona. Siempre me extrañó mucho que no tuviese muchos minutos, ya que con las cualidades que tiene, debería haber jugado más. Además, el United lo vendió muy muy barato. Respecto a esas cualidades, ¿qué os puedo decir que no sepáis? Colocación, rapidez, uno contra uno, perfecto por alto, fuerte carácter, si se tiene que partir la cabeza, se la parte, y la característica que le hace mi preferido: salida de balón. Además, acaba con cinco o seis goles por temporada. Me encanta, por eso tengo mi camiseta de la Roja con su nombre y número serigrafiados. Estoy en condiciones de decir que es mi ídolo futbolístico. Hacía mucho que no veía a un central tan completo y creedme, he visto mucho pero que mucho fútbol. Y si no, podréis preguntar a mi padre, que dice que le haré aborrecer el deporte de la pelotita.

Ahora el carácter: ¿Chulo? Puede… ¿Niñato? También puede ser… Habría que vernos a muchos habiendo ganado absolutamente TODO habiendo nacido en 1987, con 24 años recién cumplidos. Cuando recuerdo ese dato, pienso: “¿Como alguien con mi edad ha ganado ya todo jugando al fútbol?” ¡Es el sueño de cualquiera de nosotros! Y quien diga que no, miente. Es el deporte rey, aquel que todos hemos practicado muchas veces, más o menos, mejor o peor, federado o no federado, y este niño llamado Gerard tiene todo lo posible ¡con nuestra edad!, por eso se merece este artículo y todos los reconocimientos del mundo.

A pesar de esto habrá controversia, imagino. Lo de siempre. Vale que algunos de sus comportamientos no tienen perdón, como cuando escupió al delegado de la Selección en el autobús de la celebración de la Copa del Mundo. Muchos que llevan el color merengue en su sangre pensarán cualquier cosa, cualquier insulto que les pase por la cabeza, en parte por la manita famosa de aquel lunes noche. Pero, ¿por qué? Es un gesto a su público, en un ambiente de euforia, contra el rival eterno, y que, bajo mi punto de vista, no es más ofensivo que cualquier otra celebración. Para muchos también será el barcelonista mas odiado, pero creo que es el que menos motivos tiene para ser odiado, ya que no pienso que sea un teatrero ni que juegue sucio como algunos de sus compañeros. Sólo que dice las cosas como las piensa. También colea la supuesta “copa de los españolitos” en el vestuario del Bernabéu, pero cualquier cosa que huela a prensa por medio, perdónenme pero yo no me la creo…

Además, este carácter, que es el que hace que muchos lo odien, viene dado porque dice las cosas como las siente, y siempre la verdad. Las verdades duelen muchas veces, pero siempre defenderé que alguien diga la verdad aunque duela, porque las cosas son así y ya esta, y este chico no se calla. Quizá por eso sea tan odiado, pero es admirable encontrarse alguien tan sincero en el fútbol actual. Alguno pensaréis que Mourinho también lo es, pero creo que ese buen entrenador hace un papel, por lo que su sinceridad no tiene valía alguna para mí. Pero bueno, dejando esto aparte porque no quiero meterme en guerras de equipos, que bastante hemos tenido ya estos días, me gustaría enseñaros la sinceridad de este chico en una entrevista que leí hace unos días en el diario “El País” gracias a Arturo, que sabe que Piqué me gusta y me pasó el enlace, el cual quiero compartir con todos vosotros. Merece la pena, creedme.

Entrevista a Piqué en "El País"

PD: Al final, hablaré de lo que no quiero hablar, pero, además de todo lo anterior… ¿A quién no le gusta Shakira?

viernes, 6 de mayo de 2011

De perdidos al río














Recibí está mañana un mensaje de un buen amigo mío que, además de ser buena persona, es del Atleti; este trataba de una forma muy poética la estrecha relación que ha guardado siempre un club como el Atlético de Madrid con un río. Su río. El Manzanares. Os dejo el artículo de El Mundo ya que creo que merece la pena leerlo (sobre todo si eres aficionado atlético y consigue que te identifiques con él)

http://www.elmundo.es/especiales/2011/04/madrid/rio/atleti.html

Y esto me ha hecho pensar en un debate, ya algo apagado por darse por solventado, y del que espero que participéis con vuestros comentarios en el blog porque yo, sinceramente, no sé de qué lado estar.

En el año 2012 el Atlético de Madrid deja la ribera del Manzanares para jugar en el Estadio Olímpico de Madrid (Madrid 2012, Madrid 2016, Madrid 2020,…) también conocido como La Peineta.

Desde muy pequeño mi sangre roja empezó a destintarse, quizás pretendiendo ser blanca del todo, pero por suerte paró a tiempo, quedando finalmente con unas franjas rojiblancas que quedaban bastante bien. Al poco de empezar a andar, mi padre ya me colocó la equipación de este equipo, sin saber que colocaba sobre mí una losa de la que ya ninguno que sabe lo que es esto puede librarse, por muchos disgustos, rabietas o desilusiones que te provoquen muchos de los vividores que ahora se hacen llamar “profesionales del fútbol”. Y así seguí, toda mi vida haciendo el indio, y siguiendo deportivamente a un equipo del que se decía que antiguamente también daba algo a parte de malos ratos, pero siempre con un denominador común: las visitas al Vicente Calderón.

El Calderón, un estadio con encanto donde los haya. Un estadio al que ni un constructor nato como Gil, capaz de construir casas en las movedizas arenas de las playas de Marbella, fue capaz de cerrarle el graderío, permaneciendo siempre con esas “grietas” en sus fondos que conseguían que cuando la multitud gritaba todo Madrid se enterara de que el Atleti había marcado gol. Un estadio situado al final del Paseo de los Melancólicos y dispuesto a hacer honor al nombre de la calle. Un estadio en el que la ilusión es más necesaria que las propias butacas.

El Vicente Calderón fue inaugurado en el año 1961 para hacer al equipo que allí iba a jugar aún más grande. Porque, por si algunos no lo saben, el Atleti es un grande de la liga española; y algún día volverá a ocupar el lugar que le corresponde, y volverá a rememorar aquellas tardes del Calderón en las que se ganaba siendo fiel a un estilo propio. Ese estilo en el que defendían 22 piernas y 54.000 gargantas y atacaban 4 jugadores sin tiempo para que el equipo rival se enterara de por dónde venían. Pero, lamentablemente para este lugar, el Vicente Calderón no estará ahí para verlo…

Y no lo estará porque el fútbol evoluciona hacia un lugar en el que prima el dinero y no los sentimientos, a no ser, claro está, que estos den dinero. Tenemos un ejemplo en el club vecino, el galáctico club vecino, que ha sustituido sus valores por jugadores de otro mundo que hacen que nuestro estadio ya no se acuerde de lo que es ganar un derbi.

Para evolucionar como club el cambio de estadio es necesario. Recibo en mi casa la revista del club Infosocios, y había un número en el que hablaba de las ventajas del nuevo estadio con respecto al actual, y son muchas. El traslado a la Peineta aportará al equipo ese salto económico que le permitirá luchar de igual a igual con clubes que ahora están un escalón por encima.

Aunque, por otro lado…¿quién necesita dinero cuando se es del Atleti?